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Carne Hueso son dos diseñadores y artístas que decidieron quitar a las agencias de publicidad de su dia a dia y dedicarse a los oficios. Heredaron un taller en donde se construyen carruseles desde hace 30 años y allí comenzaron a ensuciarse las manos.
Los dos primeros fines de semana de Diciembre abrieron sus puertas y nos invitaron a Galeria de Oficios, un encuentro que convoca a los distintos referentes de aquellos oficios que se están renovando, introduciéndonos en los procesos desde los principios hasta las vision personales.
Nos gusta lo que hacen, y queriamos que los conozcas, en una entrevista con DGCV, este es Mariano Sidoni, uno de los dos fundadores de Carne Hueso.
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Si te digo oficio, cuales son las primeras 5 palabras que se te vienen a la mente?
Compromiso, Trabajo, Nobleza, Aprendizaje, Evolución.
Cuál es el equilibrio entre un tallerísta y un diseñador?
Creo que combinar las herramientas de taller con las herramientas conceptuales que brinda el diseño es una primera aproximación para la búsqueda de ese equilibrio. Aún así, eso no es suficiente: siempre es necesario una buena razón para actuar. En el caso de Carne Hueso contamos con el peso específico de fabricar carruseles y figuras de carrousel. También contamos con algo poco común e indispensable para que existamos: la herencia de este oficio.
Qué objetos y atracciones considerás que debemos revalorizar?
Pensamos que las relecturas no deben ser literales. Es decir, nos gusta la idea de que un objeto u obra restaurado tiene que adquirir una segunda vida, no una repetición de la primera. Bancamos a la señora que quiso meterle onda al Ecce Homo (risas). Preferimos pensar en la revalorización de los oficios que generan esos objetos o atracciones, y no de los objetos en sí. De esta manera uno puede permitir incorporar a la creación nuevas herramientas, tecnologías innegables más relacionadas a paradigmas actuales. Además los valores, los estímulos externos, la distribución del el uso del tiempo y el espacio han cambiado mucho a través de los años y eso es algo que influye directamente en el nivel de percepción del público. No pretendemos en la gente la inocencia que tenía una persona de principio de siglo, sería muy romántico pensar así y dejaríamos de lado la posibilidad de que el oficio evolucione con la sociedad. Creemos en la revalorización de los carruseles y de los elementos culturales que componen el espacio público. Queremos que nuestras creaciones hablen por sí mismas contando un proceso creativo diferente y sorprendente. La experiencia nos demostró que hay algo latente en la memoria de todos, especialmente los adultos. Siempre existe alguna anécdota o recuerdo vinculado al carrousel y la infancia personal, asi que confiamos en que no podría nunca morir como hito.
Contanos un poco del proceso, desde heredar un taller hasta invitar a la gente a ser parte.
Leo (Leonel Bajo Moreno, el otro fundador del proyecto) prácticamente pasó su infancia jugando en el taller y dando una mano en el parque de diversiones en la costa que tiene su abuelo. Yo vengo de otro lado, de la lectura y el arte gracias a mi hermano, y la informática por parte de mi padre que es analista de sistemas. Nos conocimos en la universidad (Diseño Gráfico en la UBA), después de haber abandonado la carrera de Diseño Industrial por mi parte, y Leonel la de Administración de Empresas. En el medio trabajamos en agencias de diseño y como freelancers. Nos pudrimos de la estructura de agencias publicitarias, en donde la creatividad quedaba reducida a encontrar «la mejor y más rápida solución empaquetada» a problemas graves de comunicación. Un poco pinchados con la realidad de nuestra profesión en el ámbito comercial, decidimos empezar a hacer lo que nos gustaba realmente. Contábamos con este taller que de a poco yo fui conociendo e integrando a mis días. Héctor, el abuelo de Leo, tuvo la amabilidad de dejarnos hacer prácticamente lo que quisiéramos en él. Decidimos involucrarnos en la fabricación de carruseles como negocio y como arte-oficio cuando descubrimos que nos abría a generar ideas en volumen de lo más interesantes. Una vez terminada la carrera universitaria tuvimos el tiempo y la energía para empezar a explotar el proyecto con todo. Primero vino el hacer las figuras de carrousel, darles nuestro toque distintivo en las bases con diferentes materiales y estructuras e incluso invitar a algunos amigos artistas a pintar algunas «pieles». Y una vez que teníamos un buen volumen de trabajo realizado, sentimos que era un deber mostrarlo. Por otro lado teníamos contacto con diferentes personas que admiramos, grupos que también están dedicándose renovar los oficios. Nuestro taller reunía las condiciones espaciales para hacer una exhibición en conjunto, por lo que no dudamos un instante en avanzar con la idea. Fue creciendo y entregamos todo de nosotros para que nada sea una limitación. Gracias a una buena cantidad de personas que se acercaron copadísimos con la idea, pudimos definir objetivos, establecer tareas y ponernos plazos. Tomó la forma que tomó también en parte por una carencia. No hay eventos locales que propongan mostrar diseño, arte y oficios sin disfraces que escondan otras cosas. Tratamos de llevar al público al proceso mismo. A que el trabajo duro se evidencie en vivo, sin simulacros. Nada del «mando a fabricar» y después le pongo la firma. La gente se va subiendo y bajando a esta bicicleta de muchos asientos dependiendo de los proyectos. Por ejemplo Dani Padilla, un especialista en todo lo que tiene que ver con materiales y estructuras.
Integraron al Taller de Talleres, un espacio gastronómico, que había en él?
La propuesta iba más allá de la posibilidad de comer un roll, una tarta, pollo al disco, limonada o té helado. Tenía como objetivo ofrecer un área de reposo en donde uno pueda integrarse al espacio en línea al concepto general de lo fabril+diseño. Una mesa grande compartida en donde sentarse (en los bancos de Tablada) conversar, conocer gente, juntarse con los suyos, comer, etc. Lo que tiene que ver con el diseño de la cocina-comedor ferial que dispusimos, fue parte de «La Maldonado» un proyecto que en principio era solamente construir una cocina de estructura modular que estuvimos desarrollando y que seguimos mejorando. También participó IT-MET quien hizo la mesa central, las lámparas, los recipientes para condimentos y vasos. Y finalmente los amigos de Terrraza, dispusieron toda una serie de macetas de lo más simples y hermosas. Es decir, se generó un espacio más de exposición pero con objetos de uso cotidiano, lo gastronómico fue una buena excusa, sobre todo por la limonada fría que vino bien con tanto calor porteño.
Con que ferías o encuentros internacionales se sienten identificados?
Weekender (Australia), DMY (Berlín), The Movement Cafe (Londres).
Durante el evento, que era eso que más te preguntaba la gente y que respondías?
– Las cosas están a la venta?- Si, en breve lanzaremos la tienda online.
Cómo fue pasar de agencias de diseño gráfico a un taller?
Un renacer, reencontrarse con las pilas de nuevo encarando proyectos propios. Un desafío también porque requiere de una paciencia zen para no volverte loco ni desesperar cuando las cosas se ponen difíciles. Pero ojo, el diseño gráfico nos encanta y lo seguimos utilizando como la gran herramienta que es. Nuestro proyecto no sería lo que es sin el diseño, y todavía podemos decir que nos da de comer.
Qué creen que cambió en su forma de relacionarse con los clientes?
Quizá ahora los clientes no vienen con requisitos muy específicos. Simplemente vienen con la idea de sorprenderse y sorprender, a un amigo, a su hijo o hija, esposa, etc, Eso es hermoso porque no cargamos más con la ansiedad ni los contratiempos que tiene el diseño per sé. Apuntamos directo al corazón con lo que hacemos.
Sentís que Buenos Aires tiene una afinidad particular con los carrouseles?
No lo siento yo…es así! Buenos Aires tiene alrededor de 60 calesitas, que es un montón si comparás con otras ciudades de Argentina o del mundo. Será que somos muy vuelteros? cuak!
Para terminar, que canción nos recomendás para andar en un carrousel?
Mmm…la música disco va como piña…»It´s raining men»? (risas).
Gracias Mariano Sidoni.
Buenos Aires, Argentina / Diciembre 2012
Para más información:
www.carnehueso.com
facebook.com/carnehueso
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> Créditos
Texto y entrevista por Santiago Bazán
Fotografías, gentileza de Ezequiel Barrella
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> Sobre el autor:
A Santiago Bazán le gusta la gente y lleva a cabo un proyecto que se llama Random Pipol. / También escribe cuentos y poesías acá.
Colaborador & Columnista invitado DGCV™
Increible trabajo!
Hola. En dónde se puede visitar ese carrusel?